Es que el tutor ideal ya existe y soy yo (jajajajajaja no podía evitar ponerlo).
Fuera bromas, es difícil y fácil a partes iguales determinar qué características debe tener un tutor. Obvio podemos decir lo que a todos se nos viene a la cabeza: alguien moderno, preocupado por sus alumnos, comprensivo, atento, actualizado, trabajador, un buen orador, que sepa escuchar, con un amplio abanico de posibles explicaciones de una misma cosa, con sentido del humor, gracioso... La lista puede ser bien larga y en las fichas se recogen muchas de esas características y para qué repetir. No estuve ese día en clase y no pude añadir algo que para mí es esencial y que puede suplir carencias como el humor o la creatividad o casi cualquier cosa (obvio no va a ser cualquier cosa pero a grandes rasgos puede) y es el ser amable.
Para mí la amabilidad es la mejor de las cualidades de cualquier profesor y persona. Si tú tratas a un alumno de manera amable jamás va a estar en tu contra o al menos no como si te enfrentases a él. Hay gente con personalidades muy fuertes que pueden gustar a muchos pero a otros no porque no casan con ellos, pero ¿una persona amable...? Yo creo que un profesor amable puede con todo. Porque cuando eres amable eres también empático, escuchas y ofreces soluciones, eres comprensivo y te preocupas por los demás. He visto lo que puede generar en un chico o en cualquiera el hecho de ser simplemente amables con ellos. La amabilidad aplaca a las fieras, tranquiliza, genera confianza y simpatía. Puedes cambiar el día de alguien simplemnete por ser amable con él y eso es un poder tremendo.
Hace no tanto escribí una historia corta en mi otro blog: La cara de la amabilidad. Nunca suelo explicar mis historias pero creo que puede ser necesario y porque me gustaría compartir por qué para mí es tan sumamente importante la amabilidad. Y es que en 2016 me diagnosticaron un cáncer del sistema linfático (también llamado Linfoma de Hodgkin, al menos el mío, les hay de más tipos siendo igualmente Linfomas, quizás os hable en otro momento de todo esto). Esta historia la escribí en febrero del 2017, poco antes de tener la última sesión de quimio, aunque por entonces no sabía que estaba tan cerca de terminar. No es lo que te esperas con 20 años por descontado y es una de las experiencias que más te pueden cambiar la vida. Spoiler: me curé jajajaja (creo que era obvio pero hay que meter humor al asunto). Y una de las lecciones más valiosas que aprendí fue ese valor, ese poder que tiene la amabilidad. Todo el mundo era amable conmigo y te tratan con un mimo y un cuidado que te llenan de una calma y una felicidad infinitas. Por eso para mí es tan tan importante la amabilidad y creo realmente que es una de las características que más debemos fomentar y trabajar porque con amabilidad consigues cosas que de otro modo no conseguirías. Influye en el mundo y en las personas de una manera que pocas cosas lo hacen y siempre con resultados positivos. Y como me apetece, pego la historia corta aquí XD más SPAM:
La veo todos los días, en los ojos de mis amigos, en la sonrisa de mi madre, en las palabras de mi hermano. Todos los días en los pequeños gestos, en los detalles, en mi vida.
Hubo un tiempo que ella me abandonó y pensé que este mundo no podía ser más gris, un gris que se oscurece por momentos, que se torna negro y me embulle. Pero no, la amabilidad tiene multitud de caras, multitud de formas y ojos de todos los colores del mundo.
La vi en las enfermeras que me lanzaban palabras de ánimo a pesar de que sabían que no las podía contestar. En las personas que he conocido a lo largo de este camino.
La vi en las lágrimas de mi hermana mientras me sostenía la mano.
La vi en el abrazo férreo de mi hermano mientras me susurraba palabras que ahora apenas recuerdo.
La vi en mis propios ojos rodeada de mi familia recuperada.
La vi en los besos de mi madre mientras me veía sufrir, a pesar de que su dolor era tan profundo que apenas podía mantenerse serena.
La veo en los abrazos de mis compañeros, en sus mensajes, en sus palabras. En todas las personas que me han ayudado, que siempre me hacen sentir bienvenida y me regalan sus consejos.
E incluso puedo verla en mi determinación, en mi nueva fuerza, en la valentía que tengo que sacar semana a semana.
Y es la cara más hermosa que podrás observar nunca, lo más maravilloso que he vivido.
Hubo un tiempo que ella me abandonó y pensé que este mundo no podía ser más gris, un gris que se oscurece por momentos, que se torna negro y me embulle. Pero no, la amabilidad tiene multitud de caras, multitud de formas y ojos de todos los colores del mundo.
La vi en las enfermeras que me lanzaban palabras de ánimo a pesar de que sabían que no las podía contestar. En las personas que he conocido a lo largo de este camino.
La vi en las lágrimas de mi hermana mientras me sostenía la mano.
La vi en el abrazo férreo de mi hermano mientras me susurraba palabras que ahora apenas recuerdo.
La vi en mis propios ojos rodeada de mi familia recuperada.
La vi en los besos de mi madre mientras me veía sufrir, a pesar de que su dolor era tan profundo que apenas podía mantenerse serena.
La veo en los abrazos de mis compañeros, en sus mensajes, en sus palabras. En todas las personas que me han ayudado, que siempre me hacen sentir bienvenida y me regalan sus consejos.
E incluso puedo verla en mi determinación, en mi nueva fuerza, en la valentía que tengo que sacar semana a semana.
Y es la cara más hermosa que podrás observar nunca, lo más maravilloso que he vivido.
Yo había entrado aquí para comentar algo sobre educación, pero joder, ahora no me apetece hablar de eso. Evidentemente no sabía nada porque tampoco nos conocemos tanto, pero tu historia hace replantearse muchas cosas. Y es que es verdad que cuando estás enfermo agradeces que quien está a tu alrededor sea amable, porque siempre se necesita una mano amiga que te ayude a levantarte. Pues con la educación igual (al final sí voy a decir algo sobre esto jaja), cuando ves a alguien hundirse tienes que levantarlo, no rematarlo. Me has hecho reflexionar (y emocionarme un poco, jo). Muchas gracias por contarnos tu historia, un abrazo.
ResponderEliminarTe agradezco muchísimo el comentario y tus palabras, siempre es muy agradable que te lean y algo no quede en el olvido. No puedo estar más de acuerdo con lo que dices, el mundo ya es demasiado cruel como para que nosotros seamos más crueles todavía, quién sabe si con la frase más tonta de aliento conseguimos que un chaval siga adelante siempre a pesar de todo lo que pueda tener en contra. De nuevo muchas gracias y otro abrazo enorme para ti!!!! :))
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