El Libro Blanco de la Profesión Docente presenta una serie de propuestas, bastante razonables, sobre cómo mejorar la enseñanza y prosperar hacia un pacto en Educación.
En mi caso me tocó comentar la segunda propuesta que tenía que ver con la eficacia del sistema educativo. Es una propuesta bastante lógica que recoge que la educación debe de ser de alta calidad y eficaz desde la etapa infantil y seguir manteniéndose esa calidad en etapas posteriores. Después proponen tres cosas: los más talentosos deberían entrar en la profesión, esas personas deben tener una buena formación inicial y continua y, finalmente, que su trabajo llegue a todas las edades.
En definitiva que debemos tener un buen sistema en todas las etapas con un personal bien formado que tenga talento para ejercer su profesión, fortaleciendo todas las etapas educativas con estos profesionales.
Es una propuesta bastante lógica, quizás un poco de cajón. Quizás sí que exista una cierta desigualdad de recursos entre etapas educativas y deba regularse más estrictamente según volumen de alumnado y las necesidades que precisa, no tanto un gasto equitativo sino acorde con las necesidades.
Quizás donde más en desacuerdo estoy es en la parte de que los más talentosos sean los que accedan. ¿Talentosos en qué? Porque uno puede ser muy bueno en matemáticas, es talentoso en eso, pero luego para dar a conocer sus conocimientos es pésimo. O quizás tengamos a alguien que es buenísimo tratando a un alumnado medio pero a un alumno con necesidades especiales no lo sabe tratar. Entonces lo de talentoso me parece un poco peligroso, siempre he considerado que lo más importante es la pasión y la motivación y que el docente haga bien su labor y se compruebe que esa labor se hace bien periódicamente.
Indudablemente creo que hay que cambiar la manera en la que se accede a la profesión docente y el sistema de los inspectores. Quizás así sí que conseguiríamos una educación de calidad y eficacia en todos los niveles.
Comentarios
Publicar un comentario