Para esta entrada me he puesto a investigar un poquito el colegio en el que más años he estado, el Maristas Centro Cultural Vallisoletano. Ahí realicé toda mi etapa de primaria y ESO. Es un colegio concertado de carácter cristiano. Mis padres nos llevaron a mi hermana y a mí principalmente porque estaba al lado de casa. Literal. Podíamos oír el timbre desde nuestra habitación y aún así no llegar tarde (yo no me arriesgaba tanto, mi hermana sí). Y por todo mi pasado en ese colegio he buscado la información de aquí.
Siempre he quedado muy contenta con la formación que he recibido allí, tanto a nivel de conocimientos como a nivel de valores. Evidentemente me esperaba que todo lo que se recogiera en estos documentos fuera similar a lo que he recibido yo en su día. Al ser un colegio religioso evidentemente tiene puntos en los que se hace hincapié en la formación cristiana. Puede que no tenga una especial inclinación religiosa, pero sí que estoy de acuerdo con los valores que se enseñan allí. Hay puntos que me han gustado especialmente:
Ofrece una educación que busca una mejora constante en un clima de colaboración y apertura.
Fomenta el crecimiento de las dimensiones ética y trascendente de la persona, recalcando valores como la fraternidad, la vida de familia, la libertad, el sentido crítico, la participación, la justicia, la solidaridad, la convivencia y la paz.
Estimula el sentido crítico y el compromiso para construir una sociedad más humana y más justa.
Estos son los puntos que más me han gustado y que como podemos ver no hablan de nada religioso. Son aspectos que me parecen imprescindibles y necesarios para cualquier educación. A veces se cree que por estar en un colegio religioso te van a comer el coco y que solo quieren que seas cristiano y no creo que sea así. Defienden una educación de valores, quizás los valores cristianos sí, pero suelen ser valores esenciales para el crecimiento del niño. También defienden mucho la integración de cualquier niño, venga de donde venga, y el trabajo colaborativo y la fraternidad. Aunque ya hayan pasado unos cuantos años desde que dejé el colegio, es de agradecer ver como siguen mejorando y en la línea que vi que se marcaba ya por entonces donde poco a poco se iban incluyendo a niños sobre todo inmigrantes. Es esencial que en un momento tan intercultural como el actual se forme a los niños de tal manera que los prejuicios de los mayores no les afecten.
Después pasé a buscar el Reglamento de Régimen Interior. No he podido encontrar exactamente el mismo pero sí el de hace unos años en el que yo estaba estudiando allí. Básicamente se centran en los mismos puntos que hay en el Proyecto Educativo, evidentemente es un documento mucho más extenso pero redactado de la misma manera y sin diferencias significativas. Se hace algo más de énfasis en aspectos religiosos pero en definitiva proponen una educación basada en valores, donde se fomente la colaboración y el respeto a todos. Apuestan por la adaptación de las clases al nivel del alumno y la atención a las necesidades que este pueda presentar. En definitiva, están muy implicados en la integración de todo tipo de alumnado.
En definitiva, cualquier colegio, sea o no religioso debe defender un mínimo coherente de valores y fijarse un objetivo que se vea claro en todos los documentos que presenten, siendo coherentes y comprometidos. El Centro Cultural aboga por la cooperación, la integración y el desarrollo del niño en todas sus facetas, incluido un desarrollo ético y moral que creo imprescindible en la educación.
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